29.12.08

Primeras quebradas, primeros 4000 metros

Es 29 de diciembre y os escribo desde la ciudad fronteriza de Villazón, en Bolivia, a la que hemos llegado hoy. Pero esa es otra historia y debe ser contada en otro momento. Voy retrasada con las crónicas y quiero aprovechar la tarde lluviosa para ponerme al día.


En Salta paramos básicamente de camino a la Quebrada de Humahuaca, que se encuentra en la provincia de Jujuy, en el norte de Argentina. No sabíamos mucho sobre la región de la que es capital y no pensábamos dedicarle mucho tiempo. Fuimos a la oficina de turismo a pedir información sobre Humahuaca y nos encontramos con que había muchas cosas que valía la pena visitar en los alrededores de Salta. Tantas, que decidimos alquilar un coche durante cuatro días para poder llegar hasta algunos lugares a los que de otro modo era imposible acceder. Así, dedicamos casi un día completo a informarnos sobre las cosas que merecía la pena visitar, cómo llegar, y cómo organizar el itinerario para sacar el máximo partido al coche. A lo largo del día hablamos con muchas personas que nos dieron información muy contradictoria sobre el estado de las carreteras, los lugares a los que se puede acceder con un coche convencional, los pasos que no son recomendables a menos que vayas en 4x4 y los que no son recomendables aún yendo en 4x4. Amarramos el alquiler del coche, dimos un paseo por la ciudad, fuimos al mercado a comer humitas, tamales y empanadas, y regresamos al camping adonde habíamos jurado no volver la noche anterior. La razón de tal renuncio: nos iban a cobrar igual si nos quedábamos una que dos noches (19,20 pesos, unos 4 euros por dos tiendas, tres personas y dos días) y en vista de que nos íbamos a dar cuatro días de lujo con coche alquilado, hicimos de tripas corazón. No se puede tener todo, todo el rato.


Finalmente alquilamos un auto convencional a un señor muy profesional que nos dio consejos muy útiles sobre las carreteras, las precauciones y la seguridad. El 21 por la mañana vino a traernos el coche al camping. Tras conversar con él, pudimos tener por fin una ide clara de cuál iba a ser nuestro itinerario. Recogimos y nos fuimos.


El primer día decicimos ir a la ciudad de Cachi, que se encuentra el sudoeste de Salta, a unos 160 km. Después de los primeros 40 km, que transcurren por una carretera muy normalita, en dirección sur, iniciamos la aventura de penetrar en las montañas, abandonar el asfalto y empezar a circular por lo que aquí se denomina ruta consolidada, que es una especie de pista de piedras, tierra, barro en mejor o peor estado dependiendo de si llueve o no. Los 70 km ruta consolidad que transcurren por la Quebrada de Escoipe y la Cuesta del Obispo, y en los que se sube aproximadamente 2000 metros, son sencillamente increibles. Aquí fue donde empezamos a ver las primeras montañas de colores, de todas las tonalidades de ocres, rojos, verdes y azules que quepa imaginar y formas alucinantes, y los primeros cardones (cactus de hasta 5 y 6 metros con flores blancas). A medida aumenta la altitud, las laderas de las montañas empiezan a cubrirse de cactus y de manojos de hierbas verdes bajas y desaparecen los árboles. En lo alto de la quebrada, se alcanza una inmensa llanura completamente árida, rodeada de montañas de 5000 metros. El aire es increible. El paisaje es maravilloso. Aquí descubrimos también las primeras construcciones con adobe y madera de cactus, unos rediles para cabras que vimos en el altiplano, hechos por completo con esta madera de estructura alucinante. Esta gran llanura está atravesada por una recta de época preincaica de 20 km de largo que parece que no se va a acabar nunca. En el primer pueblo que encontramos paramos a comprar queso de cabra y pan a una señora que lo vendía en su casa. Vimos también los primeros hornos de adobe, que la gente sigue utilizando para cocer el pan. Son pequeñas construcciones redondas, hechas con tierra sobre la tierra. También visitamos la iglesia, un templo muy sencillo en el que el altar y el crucifijo estaban hechos de madera de cáctus. Seguimos la marcha hacia Cachi y decidimos pasar la noche allí. Cachi es un pueblo muy chiquito y precioso de origen preincaico. Las casas son de adobe y la gente es sencilla. Buscamos el camping y nos instalamos. Fue la primera de nuestras noches altas. El camping estaba en un bosque precioso, lleno de pájaros y sapos, a las afueras del pueblo. Esa noche cayó una tormenta fabulosa que duró hasta las 10 de la mañana. Hacia las 9 tuvimos que salir corriendo de la tienda inundada y esperar a cubierto hasta que aflojase. El resultado fue un montón de ropa y calzado mojado y la tienda empapada. Tuvimos la enorme suerte de que, tras la tormenta, la calma llegó con un brillante y cálido sol que lo secó todo en un par de horas y pudimos seguir nuestro viaje. De esa noche guardo un recuerdo sobre todo sonoro: los sonidos de un montón de animales que no reconocí (y que me encantaría aprender a reconocer) y de la lluvia cayendo sobre la tienda en el medio del bosque. Qué placer.

En Cachí me gustó sobre todo una cosa: la biblioteca. Marmolejo: una habitación de no más de 20 metros a pie de calle con unas estanterías de madera muy sencillas en las que los libros estaban clasificados en tres categorías --novela, cuentos y poesía-- y ordenados númericamente empezando por el uno hasta... no sé... creo que el último que ví era el setecientos y algo. Así, cada librito con su numerito.

Al día siguiente deshicimos el camino andado para tomar otra ruta que nos conduciría hacia otra quebrada aún más maravillosa, siguienteo una ruta ferroviaria que aún está en funcionamiento (aunque no ahora por ser el comienzo de la temporada de lluvias) y que recorre 170 km por una única vía y llega a la altura de 4200 metros, en la ciudad de San Antonio de los Cobres. No en vano, el tren se llama "El tren a las nubes", porque en las partes altas de su recorrido, las nubes suelen estar por debajo del tren. Creo que en esta quebrada he visto los paisajes más bonitos en lo que llevo de viaje. Tiene una estructura similar a la anterior. La ciudad desde la que se entra a la quebrada y en la que comienza la ruta hacia San antonrio se llama Campo Quijano y se conoce también como "La puerta de los Andes". Los primeros 30 km discurren por un cañón estrecho de montañas altas y verdes, junto al ancho lecho del río Toro, de piedra gris y surcos de aguas enlodadas. Es un paisaje muy bonito, muy misterioso. En la mayoría de los trechos no se alcanza a ver la continuación del camino (también camino consolidado). Hay momentos en los que piensas en que no es posible que por ahí se vaya a ningún sitio. Además, la pista está abierta directamente en la montaña, y el riesgo de que se produzcan desprendimientos es elevado. De hecho, los ves en la carretera. El mismo día en que pasamos por allí, un lugareño que se bajó de su auto a despejar el camino murió a causa de un desprendimiento. Nos lo contó una señora que esperaba en el camino, en plena zona de desprendimientos, a que alguien la cogiese a dedo y la llevase a su casa, en la mitad de la nada más absoluta. Nos acompañó durante un buen trecho del camino; nos contó cosas de su huerta y de sus cabritas, que el colectivo (el bus) no había pasado por la lluvia. Que vivía allí sola (allí es equivalente a en medio de la montaña, en el lugar más bello y más apartado del mundo) pero que tenía una vecina (en la otra montaña). Terminada la zona de pista y de desprendimientos, seguimos por una carretera como de anuncio de BMW. En todo el recorrido creo que nos cruzamos con un coche. Fli-pé. No lo puedo describir. No puedo describir las formas de la tierra, de las montañas, del río, los colores, las plantas. No lo puedo describir. Guardo esas imágenes en mi memoria como un bien muy preciado. Fueron 50 km de auténtico placer para los sentidos. Al caer el día, dedicimos hacer noche en un pueblito, el Alfarcillo, en el que re-flipé. Una única posada, regentada por el señor Cayetano, un hombre de 78 años que comparte el pueblo con dos de sus hermanas, el Padre, que posee un rebaño de llamas y al que un turista francés donó mucho dinero para construir una escuela (los obreros de la escuela estaban alojados también "ancá" Cayetano). Cayetano es un hombre muy simpático, que tiene una casa de adobe con tejado de chapa metálica ondulada cubierto de madera de cáctus y adobe, que ha ido ampliando como ha ido pudiendo. En su casa está también el salón de festejos del pueblo (y de las microaldeas vecinas) y un comedor con cinco mesas con sus sillas orientadas a un altar coronado por un bien muy preciado, la televisión. Las mesas están cubiertas de manteles de hule. Esa noche nos dio de comer lo que había: tomate con filete empanado. Tras atravesar el comedor, por un camino de tierra se sube al "aira", donde hay un par de habitaciones y un baño, construidas ahí, en el monte, junto a su huerto y a un redil de cabras también de madera de cactus. En las habitaciones hay un fluorescente que no funciona y la luz de un par de velas. El cuarto de baño anexo no tiene ni luz ni agua. Fuera hay un gran bidón con agua y un cubo. El silencio es absoluto. La oscuridad también. Nos lavamos fuera, con la manguera de regar la huerta, bajo el cielo cubierto de estrellas, a 3.00o metros de altura, en este lugar perdido que me hizo pensar que el Sanfiz en el que nacieron mis padres tal vez fuese un lugar muy parecido a éste, con vacas en vez de llamas y casas de piedra en lugar de adobe, suelos de tierra, madera o cemento, en el mejor de los casos, paredes agrietadas y pinturas desvaídas y desconchadas: pobre de rigor, al fin y al cabo.

Esa noche en Alfarcillo fue, per se, todo un viaje.

Quiero contaros muchas cosas más. En los últimos días he vivido experiencias muy chulas. No sé si esta noche podré o no continuar. Voy a pasar el año nuevo en un viaje concertado de cuatro días al Salar de Uyuní y el Parque Sud-Lípez, en Bolivia. En la Guía del trotamundos estos dos lugares están clasificados en la categoría de "Sudamérica surrealista". El viaje se hace en 4x4, con un chófer y una cocinera, e incluye todas las comidas. Pero me llevaré unas uvitas para celebrar el cambio de año. Os voy a echar de menos.

Un beso muy fuerte.
A los que bailéis, fundid la pista.
Mamá, me encantan tus comentarios. Un abrazo muy fuerte.

10 comentarios:

mamita y su tetita dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
hominidus babeantus dijo...

Uy no, uy no, uy no.......me estoy poniendo verde envidioso perdido...
!!!!FOTOS POR FAVOR MAMACITA!!!!!
Un besote varicélico de parte de la
familia de Teo.

Anónimo dijo...

Raaa soy ( S ) estoy leyendo t bloc y tengo la misma sensacion que cuando me asome ala puerta de un avion para saltar esa sensacion de vertigo . Estamos tomando cafe con mama yo y ( M ) que tengas un feliz año este no voy a hecharte de menos porque se que te lo estas pasando bien un besazo

Anónimo dijo...

Ra, guapísima, feliz entrada de año! Fíjate que la mía, curiosamente, fue en casa de un amigo que es de Salta... Seguro que le encantaría leer tus extensos comentarios sobre la zona. Suena de escándalo. Un beso enorme
Marina

Anónimo dijo...

Ra, feliz entrada de año! La mía fue en casa de un salteño... fíjate, seguro que le encantarían tus extensos comentarios. Qué bien suena todo, un besado. Marina

Anónimo dijo...

Ahí van, dos versiones del mismo beso... Marina

Anónimo dijo...

SOY YAIZA HOLA QUE TAL ESTAS YO BIEN Y TU AYER FUE NOCHEBIEJA ESTUBIMOS CONTADO CHISTES Y NOS ESTUBIMOS ACORDORDADO DE TI NOSLO PASAMO MUY BIEN .TE PASO CON CELI ADIOS.
Hola Ra feliz año nuevo besinos

ana acedo dijo...

hola raquelita soy tu vecinita del 4º...leyendote me translado a un mundo que me hace sentir genial, aunque sé que lo que me imagino no tendrá que ver nada con lo real pero bueno, sigue disfrutando del camino como lo haces y por supuesto escribiendo como escribes...muchos besos desde el caos madrileño..muuuuacks

ana acedo dijo...

por cierto no veas la pexá de leer que me estoy dando hahaha, que son ya las 2 de la madrugá...ohú xiquilla...pero sigue sigue que me encanta....

Ana Vázquez dijo...

Hola Raquelina! Feliz año nuevo.

Madera de cáctus...mmm interesante, traerías un poco en l mochila, ¿no?

Te he dejado dos comentarios en las dos entradas anteriores.
Un besazo y feliz año.